En una situación normal, durante las próximas semanas, los trabajadores recibirían de sus empresas una paga extra, la de verano, la que alivia muchas tensiones y permite tomarse unos días de relax fuera de la residencia habitual. Sin embargo, los trabajadores afectados por un ERTE deberán modificar sus planes y organización porque este año no cobrará la paga extra; al menos, no del Estado. Aunque para el cálculo de la prestación se tienen en cuenta las pagas extras, a la hora de hacer el pago, el importe correspondiente se divide entre doce meses. Una paga por mes y no, como en la mayor parte de empresas, 14 pagas al año.
Pero esta no es la única sorpresa que se pueden llevar los trabajadores afectados por un ERTE, según informa el Consejo General de los Colegios de Gestores Administrativos, ya que los días que el trabajador haya estado incluido en el ERTE no computan para el cálculo de los días a los que tiene derecho de vacaciones. Por tanto, este año sus vacaciones se verán reducidas en la parte proporcional al tiempo en que no haya podido prestar sus servicios a su empresa.
El presidente de los Gestores Administrativos señala que “es necesario trasladar esta advertencia para que los trabajadores afectados por los ERTE no se encuentren con imprevistos como contar con unos días de vacaciones más que no van a disfrutar o una paga extra que finalmente no llega y que puede afectar de forma notable a su economía familiar”. Fernando Santiago asegura que durante los últimos días y semanas han recibido muchas consultas de personas que no tienen clara esta cuestión, por lo que anima a todos los afectados a “contar con la ayuda de un gestor administrativo para poder actuar con certeza en una situación tan compleja y cambiante como es la de la gestión de los ERTE y las prestaciones que los acompañan”.